El centro izquierda ha mostrado hoy su furia ante el Panteón de Roma, y ha convocado una manifestación para el sábado próximo. Emma Bonino, candidata a gobernar el Lazio, ha afirmado que el decretazo marca un momento crítico para la democracia y para el país: "Regula las elecciones en plena campaña contra todos los principios jurídicos nacionales e internacionales. Es una prueba de arrogancia que anula la certidumbre del derecho y de las reglas. Es un pucherazo de Estado que invita a la ilegalidad y abofetea y humilla a los ciudadanos honestos".
Otros políticos, comentaristas e internautas han utilizado términos similares: golpe, dictadura, atentado a la Constitución, jornada negra para la democracia, abuso de poder. La mayoría de centro derecha, sin embargo, se ha mostrado orgullosa por haber "garantizado" a sus electores el derecho al voto, y ha elogiado la "leal colaboración institucional" mostrada por el jefe del Estado, Giorgio Napolitano. En realidad, la firma de Napolitano al decreto parece más bien "el mal menor", como lo ha definido hoy cínicamente Gianfranco Fini, presidente de la Cámara y aliado de Berlusconi.
La situación creada por la presión ejercida por el Pueblo de la Libertad desde que los jueces excluyeron dos de sus listas para las regionales de los días 28 y 29 por defectos de forma y tiempo (presentaron 500 firmas falsas en Lombardía y llegaron fuera del plazo legal en Roma), no dejaba muchas salidas al jefe del Estado. Diversos diarios han revelado que Berlusconi ha llegado a amenazar con "sacar las masas a la calle" si las listas no eran readmitidas.
Al conocerse la aprobación del decreto, decenas de jóvenes del Pueblo Violeta, un movimiento social nacido en la red, subieron hasta el Quirinal -sede de la presidencia de la República- y se tumbaron en el suelo con velas para escenificar la muerte de la democracia. Hoy han vuelto a pedir explicaciones a Napolitano con carteles que decían: "Presidente, no le hemos entendido".
Antonio di Pietro, líder de Italia de los Valores, ha criticado duramente al jefe del Estado por haber negociado y firmado el decreto. El ex fiscal ha sugerido incluso la posibilidad de promover un 'impeachment' contra el jefe del Estado. "El árbitro no puede cambiar las normas del juego a mitad del partido", ha señalado.
El presidente ha respondido con una carta abierta a los ciudadanos en la que ha explicado que "había en juego dos bienes igualmente preciosos, el derecho a elegir a sus representantes y el cumplimiento de las normas electorales". Napolitano ha añadido que no era "sostenible" dejar fuera de las elecciones al PDL y que no había más solución que el decreto. El presidente ha confesado además que el caso había generado "graves divisiones, tensiones políticas y serias tensiones institucionales". Y ha acabado con críticas a la clase política y al Gobierno: "El sentido de la responsabilidad debería servir a los agentes políticos e institucionales para no dirigir al Jefe del Estado expectativas y peticiones impropias, y llevar al que gobierna a respetar siempre las funciones y los poderes".
En un sombrío editorial, Ezio Mauro, director de La Repubblica, ha exculpado a Napolitano y acusó a Berlusconi. "El gesto unilateral cumplido por la mayoría para defenderse a sí misma es la confirmación de una atrofia política de base y de cúpula (...), y revela el verdadero rostro que en los sistemas democráticos asume la fuerza cuando se ejerce sin política: el abuso de poder". "El Gobierno le ha puesto entre la espada y la pared, no tenía otra opción", ha coincidido Massimo D'Alema, dirigente del Partido Demócrata.
Shukri Said, analista y secretaria de la Asociación Migrare, cree que "Napolitano no tenía otra salida. Ante el dilema de dejar sin voto a millones de electores, ha asumido la trampa del Gobierno porque era la única solución. Si no firmaba, habría abierto un choque institucional y Berlusconi habría recorrido las televisiones denunciando el complot del jefe del Estado comunista". Como consecuencia del decreto, promulgado en menos de 24 horas, el Tribunal Administrativo de Lombardía ha decidido readmitir hoy las listas del PDL; el lunes, los jueces del Lazio harán lo mismo con la provincia de Roma
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